En el último mes, el rubro de cartelería fue noticia en la provincia de Córdoba porque dos trabajadores sufrieron descargas eléctricas mientras trabajaban en la colocación de carteles. Una de las víctimas perdió su vida el 4 de mayo, tras recibir una descarga eléctrica y luego caer desde seis metros de altura en Córdoba Capital. El otro trabajador sufrió quemaduras en el rostro y en el tórax a finales del mes de abril en la localidad de Devoto y su familia salió en los medios de comunicación el día 26 de mayo, pidiendo donantes de sangre para él que continúa internado en el Instituto del Quemado a causa de sus heridas.
Una problemática que nos afecta a todos
Cada municipio tiene la obligación de regular este sector a través de una ordenanza el rubro de cartelería. En esta normativa es necesario que se contemple, por un lado, lo referido a la seguridad de los ciudadanos en general que transitan la vía pública y, por otro, lo referido a los trabajadores que se desempeñan en el rubro y lo relacionado al cumplimiento de las condiciones de seguridad establecidas en la Ley de Seguridad e Higiene en el Trabajo (19.587).
En la Ciudad de Córdoba, a pesar de que hace más de 20 años que existe la Ordenanza N° 10.378, la gran carencia del sector está vinculada a: el uso indiscriminado de los espacios públicos y de acceso público no autorizados por la Dirección de Cartelería para la colocación de anuncios comerciales o propagandas políticas; la falta de controles por la autoridad de aplicación por carecer de herramientas, personal, depósito, movilidad, etc; el nulo o escaso mantenimiento de estructuras de los carteles y el incumplimiento del registro de las empresas que se dedican a esta actividad.
Es importante resaltar que la ordenanza 10.378 determina que para la colocación de un anuncio en vía pública es obligatorio contar con planos de los mismos visados por el Colegio Profesional que corresponda en los que se cuente también con prueba de estructura y resistencia a vientos. Así mismo, para aquellos carteles que sean luminosos o contengan luces es obligatoria la presentación de la certificación de seguridad eléctrica de la instalación.
A su vez, los carteles de puntos de ventas de locales hacen de la cartelería una trampa mortal para los transeúntes del lugar, muchas veces sin estar en conocimiento de la existencia de una ordenanza que la regula. En todas las ciudades se repite la misma situación y los transeúntes nos encontramos sorteando carteles luminosos, toldos, tijeras y de otras tipologías ubicados en espacios no autorizados y hasta peligrosos.
En el relevamiento que realizó la Fundación Relevando Peligros en diciembre del 2020 en cuanto a la cartelería se pudo observar que el 11% de los carteles representan riesgos eléctricos, que el 21% de los carteles estaban defectuosos y los carteles que presentaban mayor porcentaje en mal estado eran los séxtuples de cerramiento de obras y las monocolumnas. Todo esto, sin contemplar todos los carteles que están en infracción en lugares no autorizados por la Municipalidad.
Hoy en la ciudad de Córdoba convivimos con una problemática de múltiples aristas relacionada a la cartelería que contamina visualmente el espacio público y de acceso público con publicidad combinando la irresponsabilidad de las empresas, propietarios y anunciantes que arriendan espacios no autorizados, con el poco o nulo mantenimiento de las estructuras y la falta de controles.
En general, los ciudadanos desconocen el tema y naturalizan el mal estado de nuestras ciudades en cuanto a cartelería y el uso del espacio público por aquellos que lucran por su utilización.
La semana pasada, el Fiscal Guillermo González imputó al titular de la empresa Leo Vía Pública, Leandro Ranella, bajo el cargo de homicidio culposo por la muerte del trabajador de murió colocando un cartel en altura, tras recibir una descarga eléctrica y caer al vacío.
Los siniestros seguirán ocurriendo hasta tanto no se reviertan las irresponsabilidades que le atañen a cada uno de los actores intervinientes.