Desde octubre, los productos eléctricos y electrónicos en Argentina deben incluir un código QR visible en el producto o en su envase. Al escanearlo, el usuario puede acceder a la Declaración Jurada de Conformidad, donde encontrará los datos del importador o fabricante, la información técnica del producto, el certificado y su fecha de vencimiento.
Es importante resaltar que el QR tiene dos tamaños: uno grande y otro pequeño (según Disp. 1/2024). Eso es así porque el código debe ir en el producto, pero si por sus dimensiones no es posible, entonces debe ir en el envase primario.
“Además —explicó Greve— el fabricante puede agregar datos adicionales, como la eficiencia energética o el manual de usuario. Todo está pensado para dar transparencia y seguridad al consumidor pero también a los distribuidores y comercializadores”.
La implementación de este sistema busca reforzar la trazabilidad y confiabilidad de los productos eléctricos. Sin embargo, Greve remarca que la verificación por parte del usuario es fundamental: “Es importante que los consumidores, los distribuidores y comercializadores aprendan a escanear y comprobar la certificación antes de comprar, porque eso garantiza que el producto fue ensayado y certificado, y por lo tanto es seguro”.
Jorge Greve fue fundador de CCONCERA y actualmente forma parte de su comisión directiva. Es miembro de la Asociación para la Promoción de la Seguridad Eléctrica (APSE). Con más de 25 años de trayectoria en certificación, lleva adelante un intenso trabajo de concientización sobre la importancia de la certificación de productos y marcas y sobre el valor de la seguridad eléctrica como política de prevención.
El especialista sostiene que la educación y la información son las herramientas más efectivas para fortalecer la cultura de la seguridad eléctrica. “El fortalecimiento es como el agua que horada la piedra: informando, informando y también informando. Sería útil mostrar estadísticas de incendios o accidentes provocados por desperfectos eléctricos o sobrecargas en los circuitos”, señaló.
Greve advirtió, además, sobre la necesidad de respetar las capacidades máximas de consumo en los tomacorrientes domésticos:
“Un enchufe común soporta hasta 10 amperes. Si se hacen conexiones múltiples, el usuario no suma los consumos y termina excediendo esa capacidad, lo que puede generar riesgos”.
Para el especialista, la educación, la información y la responsabilidad compartida entre consumidores, fabricantes, comercializadores, distribuidores e importadores son la base para reducir siniestros eléctricos. “El mensaje es claro: el consumidor debe comprar productos certificados, y los fabricantes o importadores deben entender que siempre es más económico certificar que afrontar las consecuencias de un siniestro”.